El rayo que no cesa
I can't help remembering something that Raven said once in his blog, but he said it in Spanish so I have to summaise for you; basically, that we're spoiled little brats, that we love to prented being victims, especially in public, and that what we called depression is actually deadly boredom. Maybe it is so.
Some days, some poets would rather not leave the house. Actually they'd rather not leave their beds. Some days a poet feels she finds fault in the light and the air. Those days a poet can either struggle against the flood (don't give in without a fight, in the wise words of Pink Floyd) or wallow in the feeling. Whatever the poet's wishes are, some things must be done even though the poet would like to stay at home and weep for no particular reason. After facing the real world for a few hours, the poet goes home and finds comfort in some other poet's metaphors for the same feeling. Please excuse the lousy translation.
Will this ray within me ever stop
plaguing my heart with desperate beasts
and with raving iron forges
in which the freshest metal could wither?
Will this stubborn stalactite ever stop
cultivating its hard tangles
towards my crying, screaming heart?
This ray, neverending, never tired,
takes from me its origin
takes in me its furor.
This stubborn stone born from me
on me releases the insistence
of its destroying, rainy rays.
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No puedo evitar recordar una cosa que dijo Raven en su blog hace poco: estamos todos malcriados, nos encanta hacernos las víctimas, sobre todo en público, y lo que llamamos depresión es en verdad aburrimiento. Puede que tuviera razón.
Algunos días, algunos poetas quisieran no tener que salir de casa. De hecho, quisieran no salir de la cama. Algunos días, algunos poetas podrían sacarle defectos al aire y la luz. Esos días se puede elegir entre luchar contra la corriente (no te rindas sin haber luchado, decían las sabias palabras de Pink Floyd), o bucear en ese sentimiento. Da igual lo que quiera el poeta en cuestión, hay cosas que uno tiene que ir y hacerlas aunque más quisiéramos echarnos a llorar sin ningún motivo. Después de enfrentarnos al mundo real algunas horas, la poetisa se ha ganado el derecho a volver a casa y ponerse cómoda en la compañía de las metáforas que otro hizo sobre el mismo tema.
¿No cesará este rayo que me habita
el corazón de exasperadas fieras
y de fraguas coléricas y herreras
donde el metal más fresco se marchita?
¿No cesará esta terca estalactita
de cultivar sus duras cabelleras
como espadas y rígidas hogueras
hacia mi corazón que muge y grita?
Este rayo ni cesa ni se agota:
de mí mismo tomó su procedencia
y ejercita en mí mismo sus furores.
Esta obstinada piedra de mí brota
y sobre mí dirige la insistencia
de sus lluviosos rayos destructores.
2 comentarios
Small Blue Thing -
Tulio -
del corazón la bomba desatada
en un mar de sístole arrasada
y un océano de diástole marchita!
¡Que no cese! ¡Que el cielo no permita
que la voz se me rompa derrotada,
que se me quede el alma desgarrada
por el filo de la terca estalactita!
Porque es un rayo ¡vida que no cesa!
que parte de mi y que la tierra quiebra
que a mi sangre devuelve su venganza.
Porque es la exigua sombra que se pesa,
cargándola de más, cuando una hebra
mantiene en equilibrio la balanza.