Zifras y Letras, la Crónica (Seville Bloggers Meet, again)
An exceptional bilingual post because I couldn't make up my mind about what language to use. Scroll down for the English version.
Me he puesto al día con los blogs habituales y resulta que la crónica del mitap que Zifra empezó se va a quedar inacabada. Hasta tiene la cara de pedirnos a los demás que hagamos nuestra propia crónica! Pero bueno, como a todo el mundo le gusta un poco de cotilleo (o un montón), y ninguna quedada está completa si su crónica, allá va la mía.
La noche anterior, me acuesto a las dos de la mañana. Creo que he soñado con mi tesina. Me levanto antes de las nueve. Portátil. Tesina, conclusión, email a mi directora, son las 12.30 del mediodía y voy cerca de una hora tarde. Da igual. Bailo por mi cuarto, me pongo ropa que guardaba para una ocasión especial, y voy para allá conduciendo a lo loco.
Daba por hecho que conocería a poca gente. Por lo menos estaba allí Zifra, agradable como de costumbre. Echo de menos a Carboanion y me siento perdida con tanto desconocido, pero el vino y la euforia post-tesina me hacen sentirme un poco menos fuera de lugar. Al cabo de un rato, alguien me da trabajo! Seguro que esto no era en lo que Hugh pensaba con aquello de que los blogs son buenos para conseguir que las cosas ocurran de forma indirecta, pero a mí me vale.
Hasta donde pude escuchar en un grupo tan grande de gente, algunos se conocen ya y hablan más bien entre ellos, de sus cosas... y de chismes raros para el ordenador. Parece que todo el mundo tiene alguna relación con la Universidad, incluidos varios profesores. Quemamos y reconstruimos el sistema universitario español con tiempo para ir a comer. Todas las opciones eran exóticas y al final decidimos que coreano. El restaurante no era de verdad coreano-coreano, más bien una mezcla de cosa asiáticas. Nada me recordaba a mi compañera de piso coreana y sus cinco or seis platitos individuales para cada comida. Bueno, a lo que iba, la comida estupenda y además tengo la suerte de estar sentada con Raven y Stalker ; cotilleamos sin vergüenza ninguna y hablamos del piercing de Raven y de la gente de la que uno no debería fiarse jamás.
Almuerzo exótico, bebidas frikis: fuimos al Dragón Verde, el sueño húmedo de cualquier fan de Tolkien hecho bar. La gente mariposeaba en grupitos, la niña de Zifra (y un par más, creo) juraron por el mismísimo dragón verde que se portarían bien (y lo cumplieron). Hubo oportunidades para destripar la escena artística local (sí, el rollo neosurrealista-intimista con el que pierdo tanto tiempo) con Raven, que pertenece a ese mundillo; y la relación entre religión y política, con dos ateos militantes. Pues eso. Empezó a largarse gente; Habíamos llegado a ser más de 20 y quedábamos como la mitad. Demasiado temprano para cenar; Raven sugirió un bar moderrrrrrno en la Alameda (cuna de la moderrrrnidad modernísima y de su propio sabor de esnobismo, pero no quiero que Raven piense que no me gustó su elección; al fin y al cabo me invitó a un par de copas).
El bar no tiene sillas ni sofás sino pufs. Genial. Escribo un poema, me echo una siesta; entre los demás, las cosas ya han pasado a la fase tonteo (Zifra, ¿a cuántas les pediste que se casaran contigo?). Hablo de mi tesina y mira qué sorpresa, Eva (no es bitacorera, es la mujer de uno que sí lo es) trabaja en el mundo real con lo que yo analizo en teoría en mi tesina. Toma ya. Casi me peleo con la Caminante (lo siento si soné muy bruta, corazón, ya sé que no me estabas tocando donde duele queriendo), pero con reconciliamos enseguida.
Tenemos hambre. A cenar. Alguien escoge un italiano y nos las apañamos para pedir pizzas, todas para compartir, que a todo el mundo le gustan: ¡la prueba definitiva de que nos hemos hecho los mejores amigos del mundo! Me siento con Zifra y Luis , que hablan de tangos y jazz, y me enseñan el Dilema del Prisionero. Compruebo que tienen razón.
Creo que para entonces quedábamos: Luis y Eva; Raven y Stalker; Zifra y Hamlet; La Caminante y acompañante; y yo. Hamlet, Luis and Eva se fueron justo después de cenar, y los demás nos fuimos a otro bar. Se llamaba Ego? Creo que sí. Otro sitio en La Alameda todavía más modernísimo que el anterior. Adivina quién lo escogió. La Caminante casi se queda frita en una silla, Raven me invitó a un cocktail estupendo, y los interesados en escotes discutieron los méritos relativos de los que se exhibían por el local. Una noche fantástica.
* * *
I read what's going on in other people's blogs after coming back and it turns out that Zifra's meetup chronicle is unfinished and he doesn't seem to have any intentions of completing it.HE even has the nerve of asking others to finish the story! Anyway, Ssnce everyone likes a bit (or a lot) of gossip, and no meetup is ever complete without a chronicle, here's mine.
Bed at two a.m. the night before. I think I have even dreamt of my dissertation. I'm up before nine. Laptop. Dissertation, conclusion, email to advisor. It's 12.30 noon, and I'm about an hour late. It doesn't matter. I dance about the room, pick clothes I was saving for a special occasion, and drive like a maniac.
I counted on knowing very few people. At least Zifra was there, as friendly as usual. I miss Carboanion and I'm lost among so many strangers, but the wine and the dissertation-is-over euphoria help me feel less awkward. Minutes later, someone gives me a job!
As fr as I could tell in such a big group, the conversation of people who alread knew each other was about themselves... and about computer gadgets. It turns out nearly everyone has a connection of a type or another with university, including several professors. We burn and rebuild the Spanish University System in time for lunch. All the options were exotic and we finally decided it'd be Korean.
The restaurant wasn't really Korean, but a mix of Asian things over a Korean base. Nothing reminds me of my Korean roommate and her carefully laid out set of tiny dishes (she served herself a bit of five different things on five different saucers and picked from them all). The food's lovely anyway. I'm lucky enough to be sitting accross Raven and Stalker we gossiped scandalously and talked about Raven's recent tongue piercing (eek) and about people who should never be trusted.
Exotic lunch and geeky after-lunch drinks: we went to El Dragón Verde. Yes, the Green Dragon, the wet dream of any Tolkien fan. People fluttering about in small groups, and Zifra's wee one (and two other wee ones, I think his nieces) taking an oath by the sign of the Dragon to be well-behaved (they all were). There were opportunities to tear apart the current arty/poetic scene (yes, the whole Lyrical Neosurrealism I waste so many entries and time satirising), with Raven, who belongs to it; and the relationship between religion and politics, with militant atheists. Yay. People started to leave; we had been about 20 at some point and there was about half left now. Too early for dinner; Raven suggests some trendy pub in the Alameda (home of local trendiness and its own brand of snobbishness, but I don't want Raven to think I didn't like his choice; after all he invited me to a couple drinks). The pub turns out to have not sofas or chairs but huge cushions you can sink to. I write a poem and take a nap; among everyone else, things have already gone into the flirting stage (Zifra, how many women did you propose to, you shameless thing?). I talk about my dissertation and surprise, surprise, Eva (not a blogger, the wife of one) works with the real-world aspect of what I research in fiction. I almost fight with La Caminante (sorry if I sounded to harsh sweetie, I know you weren't prodding my bruises on purpose, but we made up easily.
We're hungry. It's dinnertime. Someone picks an Italian restaurant and we manage to order pizzas to share that everyone will like: the definite proof that we're all the best friends in the world! I sit with Zifra and Luis, who talk about tangos and jazz, and teach me the Prisoner's Dilemma. I check its truth.
I think that at that time we were: Luis and Eva; Raven and Stalker; Zifra and Hamlet; La Caminante and the one that came with her; and me. Hamlet, Luis and Eva left after dinner and the ones left went to, what was the name of the place? Ego? Probably yes. Another place in the Alameda even trendier than the previous one; no prices for guessing who recommended it. La Caminante nearly fell asleep on a chair, Raven gave me a lovely cocktail, and those interested in cleavages discussed the relative merits of several nearby ones. Not a bad night at all.
3 comentarios
Anónimo -
La Guiri -
Así que enséñanos todos los bares modernísimos que quieras :)
RaveN -
Te gustaran o no, siempre es bueno pisar locales distintos. Que a veces nos aprisionamos demasiado y no nos gusta conocer más.
Os tengo reservados dos o tres nuevos para la próxima ;o)