Blogia
On Poetry and Culture Shock

Going with the times

In Spain, there are many monasteries and convents dedicated to comtemplation. Traditionally, the nuns and monks never went out, but currently, depending on their Order, they can leave the building for justified causes that aren't always emergencies. For the last century or so, they have had to support themselves because people didn't give them big donations anymore. So, the nuns often turned an activity that provided gifts for big donors in important occasions into full-time jobs. This is why many sweets made by nuns are well-known in my area. Certain recipes tend to be associated with certain Orders or convents who have done them for decades.

You can go and buy a box of biscuits or marzipan at a convent, but today I have discovered a new way to get a sugar fix. A website selling only convent-made food. Rose petal jam, anyone?

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Me imagino que todo el mundo sabe que aunque estén bastante escondidos y sean discretos, aún quedan muchos monasterios y conventos de clausura en España. Tradicionalmente las monjas y monjes no salían nunca a la calle, pero desde hace años, dependiendo de la Orden, sí salen si lo necesitan, no necesariamente en una emergencia grave. Desde hace más o menos un siglo, necesitan mantenerse económicamente con su trabajo (antes les bastaba con donaciones y limosnas). Los dulces de las monjas que se pueden comprar en lugares con esa tradición son recetas que antes sólo preparaban para hacer regalos a sus grandes benefactores.

Ahora puedes ir a un convento y llevarte una caja de mazapanes, pero hoy he descubierto por casualidad una nueva manera de endulzarse la vida: una página web dedicada exclusivamente a comida elaborada en conventos. ¿alguien quiere una mermelada de azahar , por ejemplo?

 

2 comentarios

Nia -

Fanshawe, dame tu dirección de correo normal que creo que necesitas una alegría tú últimamente.

fanshawe -

¡Yo la quiero! Chica, la mermelada de azahar es uno de los grandes manjares que he probado en mi vida. Y la última vez que la comí fue hace... puf... ¿15 años?